Muchos estudios confirman que tener una mascota beneficia nuestro nivel físico y mental y ello se relaciona también con el ejercicio. Dichos estudios demuestran que los dueños de perros son más activos porque realizan pequeños paseos diarios, largas caminatas periódicamente e incluso algunos salen a correr con sus perros.

 

Las personas que tienen un perro y  son las encargadas de pasearlo, tienen niveles moderados (e intensos) de actividad física más elevados que otras personas y, además, están más predispuestas a hacer deporte o a realizar actividades activas durante su tiempo libre.

 

Muchas personas deciden adquirir un perro para hacer más ejercicio, para tener una razón para salir y andar. Eso les permite aumentar el promedio de caminata semanal en unos 40 minutos.

 

Tener a alguien que te acompañe es un factor que motiva y predispone más a la hora de hacer ejercicio. Si en este caso el compañero es un perro, no hay ningún tipo de diferencia. Está comprobado que las personas que tienen un perro son más activas físicamente, indiferentemente del sexo, la edad o las condiciones físicas.

 

Al igual que en las personas, antes de comenzar a hacer deporte con nuestro perro, éstos deben pasar por un completo chequeo Médico Veterinario que certifique que están en un buen estado físico para someterse a entrenamiento.

 

La naturaleza doméstica del perro  hace que pueda ser entrenado bajo hábitos  de determinadas rutinas, así como les enseñamos a hacer sus necesidades en un lugar determinado, también lo podemos acostumbrar a salir todas las mañanas y terminar adoptando esa rutina.

 

A la hora del ejercicio hay que procurar establecer una rutina en horarios y lugares, tanto tú como él se sentirán mucho más cómodos

 

Dentro de los deportes que puedes realizar con tu mascota se encuentran los siguientes:

Trote

No está recomendado si el perro tiene menos de un año. En ciudad tienes que llevarlo siempre atado (mejor a la cintura, poniéndote un cinturón o con un arnés especial), pero en el campo puedes soltarlo si lo ves prudente. Enséñale que no es un juego: párale cuando intente morderte o enredarse en tus piernas. Cuando encuentre el ritmo se divertirá mucho y disfrutará ser tu compañero de deporte.

Bicicleta

Una muy buena opción, pero ojo, aquí los juegos del perro pueden desequilibrarte y provocarte alguna que otra caída. Acostumbrándole, pronto se solucionará el problema. En ciudad también conviene atarlo con un arnés especial, pero toma en cuenta que un frenazo del perro repercutirá en la bicicleta. Además, para un perro de raza grande 30 km pueden ser un soplo, pero mantener tu ritmo en vez del suyo le cansará más, así que controla la velocidad. En unas cuantas sesiones será él quien tire de ti.

Caminar

Perfecto para compartir con tu perro, sobre todo teniendo en cuenta que él acabará haciendo diez veces más camino que tú. Eso sí, elige veredas anchas donde puedan caminar los dos.

Cuando acabes la sesión deportiva dale agua abundante y, si puedes y la temperatura ambiente lo permite mójalo, como los perros no sudan, es una buena forma de ayudarle a bajar su temperatura.